TETAS
Tiemblo.
Ella lo nota. Un sudor frio me baja por la espalda creando un completo
contraste con la erección que hay en mis pantalones y que trato de disimular
con un libro de macroeconomía avanzada
Vienes, me dice con sus labios rozados, mientras mueve
su cuerpo al ritmo de una canción que no conozco pero que invita a coger. Maldita
tentación, pienso y la recorro con la
mirada. Es pequeña, metro sesenta y cinco a lo mucho, pero es pura tentación.
Tiene las curvas más pronunciadas que he visto en mi vida y unos pechos grandes
que no cayeron ni un centímetro cuando se quitó el brasier negro de encaje
rosado. Estás mejor que mi novia, me descubro diciendo, mientras ella se chupa
el dedo índice de su mano derecha de manera sugerente y su mano izquierda se
pierde dentro del calzón rosado trasparente.
Me levanto del sillón y el libro cae de mis
piernas. Sus ojos se clavan en la carpa que ya no se oculta detrás del libro. Veo
que te gusta lo que vez, dice, mientras se agacha frente a mí y comienza a
bajarme el pantalón. Coloco mis manos en sus hombros, cierro los ojos y la
levanto. Por ella… no puedo hacer esto…no puedo explicarte, pero me voy, le
digo. Me mira incrédula. Debo de ser el primero que le dice que no y no culpo a
los otros ¿Quién en su sano juicio le diría que no a una mujer como ella, a
unas tetas como esas?
DUDA
Le di un beso en el parqueo de McDonald’s, fueron las palabras que ella me
dijo y que causaron mi confusión.
Empecé a dudar desde el primer día en que me
hablo de él; sus ojos la delataron. Sabía que a ella le gustaba él, aunque ella
lo negara. Él era su compañero de
trabajo y llevaba meses detrás de ella. Me lo imagino siguiéndola por los
pasillos para verle el culo y las líneas de los calzones repintadas en los
pantalones de vestir.
Ella había aceptado salir con él en tres
ocasiones pero solo me había dicho de una. Las otras dos las calificó de
“salidas con amigos”, aunque yo sabía que solo eran ellos dos por la manera en
que se ponía nerviosa cuando iba a salir con sus “amigos” y porque cuando yo le preguntaba: ¿cómo le fue?, por
respuesta obtenía un “bien” en vez del habitual canturreo de media hora.
Han pasado meses desde su última cita, pero hoy
me llamó y me contó lo del beso. Minutos después me volvió a llamar, me dijo
que todo era broma que no lo había besado. Luego le siguieron varios mensajes
de texto que, en resumidas cuentas, decían que me amaba, que nuestra relación
había superado otras cosas ¿Por qué esta no?, que me había dado razones para
dudar pero que para ella todo este juego resultaba una mala experiencia llena
de baches, de altos y bajos.
Hace rato que mi celular no suena y en mi
cabeza solo hay una pregunta: ¿Quién hace más mal: el que pone los cuernos o el
que finge no saber?
POR QUE
NO SE CALLA (Mi amiga que no se calla)
Llevo años escuchándola hablar las mismas
palabras en el mismo ciclo y estoy cansado.
Si el novio de turno la deja ella me llama.
-Mae, me dejó.
Para desahogarse y olvidarlo agarra la fiesta
y el guaro, a ratos también la marihuana, y luego me llama.
-Mae, estoy mal, dígame que él va a
volver, que Dios es bueno y perdona la fiesta que me meto.
Le aparece un novio, un pobre desventurado
atraído, tal vez, por lo fácil que ella se vuelve bajo los efectos del alcohol
y también en esas ocasiones me llama.
-Mae, que lindo es volverse a
enamorar.
Ve a alguna de sus amigas sufrir por un novio
que la deja y también me llama.
-¡Qué mujer más tonta, mae! ¿Cómo
sufre tanto por un hombre?- dice, como si ella nunca hubiera sufrido igual
cuando alguno de sus novios la dejó.
Luego de escucharla por un rato pienso: esto
debe ser amistad, escuchar sin hablar a pesar de no querer hacerlo. Del otro
lado de la línea pareciera que ella me da la razón.
-Mae, gracias, es que ocupaba hablar con alguien.
¿ENCERIO?
El cigarro
electrónico era el más reciente producto a la venta. La lista es variada: incluye
desde audífonos de sesentaicinco mil colones hasta consoladores de doce pulgadas
con múltiples funciones vibratorias (para el rápido alivio de la tensión sexual,
se puede leer en la caja), que el compra por internet, en una página china,
para luego revenderlos por mercado libre.
-Se lo digo, esto es una minita-
dice, mientras de su boca sale el humo del cigarrillo electrónico- Usted sabe,
le vendo un cigarro electrónico a una persona y si quiere seguir fumando tiene
que comprarme los repuestos. Yo los consigo a dos dólares y los vendo a siete
rojos ¡negocio redondo!
Nunca en su vida probó un cigarro de verdad
pero parece haberle agarrado el gusto a los electrónicos; esos pequeños tubos
plásticos a los que se le enciende una luz roja en la punta cuando inhalas y que
en lugar de tabaco queman alguna especie de algodón.
-Deberíamos probar si ese cigarro
funciona con mota en vez de algodón, yo tengo un poco en la choza cuando quiera
pasa y hacemos la prueba -le dije, después de darle, por segunda vez en mi vida,
una jalada a un cigarro electrónico.
-¿Cómo que usted tiene monte en la choza?
- Tengo un poco, es que quiero hacer
un bonsái de cannabis y conseguí semillas.
Me mira con un brillo en sus ojos.
-Bonsái de mota. Bonsái de cannabis.
Vender esas varas si sería un ¡negocio redondo!
MONOLOGO
¿No crees que nuestra relación sea
disfuncional? ¿No has pensado que algo entre nosotros no está bien? Sí, yo sé
que todo debe ser mi culpa. Mientras muchos hablan de lo hermoso de tu ser yo
paso preguntándome donde estarás. En mi defensa dejame decir que yo solo quiero
conocerte, pero no sé cómo hacerlo, así que te busco cada día lo mejor que
puedo. A veces siento que nunca te encontrare pero momentos después siento tus
ojos sobre mí y te siento mirar sobre mi hombro lo que escribo.
No sé si te escondes o si seré yo el que
tiene problemas para verte. No sé si estamos en paz o estamos enojados. Lo
único que sé es que cada noche nos encontramos en la cama, nuestro punto de
encuentro, y queramos o no tenemos que hablar y cuando hablamos me doy cuenta
que estamos bien pero cuando terminamos de hablar pienso en lo feliz que haces
a otros aun cuando ellos no te buscan.
Yo simple mente me pregunto…